Cada 6 de enero se celebra lo que se nos presenta en el Evangelio de San Mateo 2. 1-12, el pasaje de los tres Reyes Magos, que llegan hasta el portal cerca de Belén a ofrecerle regalos al hijo de Dios.
Los reyes guiados por una estrella, caminaron buscando a Dios entre los astros o en un palacio, pero lo encontraron en un humilde pesebre, junto con María, su madre, San José y animales que estaban con él.
Ellos, al verlo se arrodillaron, y le ofrecieron tres regalos: Oro por su realeza, incienso por su divinidad y mirra por su humanidad. Sin embargo, se dice que ellos fueron los premiados, ya que vieron al Salvador del mundo.
No obstante, en la cita bíblica no se menciona nombre de los reyes, es hasta la edad media que se les da el nombre de Baltazar, Gaspar y Melchor, haciendo esta una tradición instaurada en la sociedad.
Rosca de Reyes
Es una tradición comerla entre familias o amigos, pero su forma redonda simboliza el amor de Dios, ya que no tiene principio, ni fin. Compartirla, se la relaciona a la comunión con Jesús.
El niño escondido, recuerda el momento que el mesías fue escondido para salvarlo de Herodes. La “rosca” lleva frutos secos, estos simulan las joyas de las coronas de los reyes, que significan paz, amor y felicidad.
