Durante la sesión solemne por los 203 años de independencia de Guayaquil, el vicepresidente Alfredo Borrero oficializó la entrega de administración del parque Samanes al Municipio de Guayaquil.
Borrero le entregó el Decreto 891 al alcalde Aquiles Álvarez, en el que se establece el traspaso de las 851,66 hectáreas que comprende la zona recreativa del parque Samanes. En el documento se determina que el Ministerio del Ambiente, dentro del plazo de 90 días, perfeccionará la entrega de la delegación de la administración del Área Nacional de Recreación Los Samanes en favor del Municipio.
Hoy, tanto comerciantes como visitantes comentaron esta novedad, ya entre las necesidades urgentes del parque constan tener mayor control en los ingresos, seguridad, mantenimiento en los baños, espacios familiares, canchas, entre otros espacios más.
Una visitante manifestó que acude los fines de semana con sus nietas y les ha tocado caminar casi todo el parque para encontrar un baño para las niñas. “Si no está sucio, está dañado, o están cerrados, ese siempre es el problema con que nos topamos”, lamentó ella.
Deportistas también comentaron que no hay insumos, como papel higiénico ni jabón para lavarse las manos, las duchas están sin llaves, se han robado parte de los baños y eso da un aspecto negativo del parque.
Greta Córdova, residente de Samanes 5, indicó que esperan que se controlen las reglas del parque, como limpieza y orden para comerciantes y visitantes.
“Que recojan las heces de sus mascotas. Terrible admirar la naturaleza… en un descuido pisas y se dañó el paseo”, comentó.
Cristina García, quien reside en Samanes y acude a hacer ejercicio con su papá al parque, comentó que hay muchas máquinas de ejercicio sin mantenimiento.
“Si ya cogió el Municipio, ya pues que cobre algún rubro mínimo por ciertas canchas, cuestan $ 40 de forma particular, que cobren $ 5, pero que den un servicio de calidad, buenas duchas, baños desinfectados. Un parque tan grande, tan lindo y que muchos espacios estén sucios y dañados, no pues “, manifestó García.
Los comerciantes de las carpas también están a la expectativa de este cambio. Ellos creen que es necesario reforzar la seguridad en el parque, ya que muchos han sido víctimas de robos.
“Me han robado ocho veces en carpa, por el lado de la Francisco de Orellana. Me robaron la bicicleta, otro día el ventilador, las cajas de productos para la venta. He pedido cámaras y me dicen que están dañadas”, lamentó la comerciante, quien prefirió no identificarse por temor.
Sus compañeras coincidieron en que la seguridad es algo primordial para este parque, porque así se sienten las familias seguras.
Fuente: El Universo
